Víctor Domingo Silva Imagen tomada de Memoria Chilena. |
Poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y periodista, Víctor Domingo Silva nació el 12 de mayo de 1882 en Tongoy. En 1901 arribó a Valparaíso, ciudad en la que permaneció por espacio de 15 años. El Puerto, por esa época, bullía de actividades culturales atrayendo a muchos artistas e intelectuales de otras provincias. Víctor Domingo Silva participó activamente en las tertulias de la época junto a Carlos Pezoa Véliz, Augusto D'Halmar, Daniel de la Vega, Ernesto Montenegro, Zoilo Escobar y Gustavo Silva Endeiza, entre otros. Junto a otros escritores fundó el Ateneo de la Juventud de Valparaíso, la Universidad Popular y se desempeñó como periodista de El Mercurio de Valparaíso, en donde escribía con el seudónimo de Cristóbal de Zárate. Además trabajó como periodista en varios diarios de la época como La Provincia de Curicó, del que además fue fundador, El Tarapacá y La Nación, entre otros.
En 1905 Samuel Lillo lo invitó a leer su poesía en el Ateneo de Santiago. Su intervención tuvo gran éxito, en palabras de Lillo: ”Se sintió repercutir bajo la bóveda de la Universidad un huracán de versos y estrofas en que chocaban con visos de pedrería las metáforas de Hugo y de Andrade, los arranques de Pedro Antonio González y los ritmos vibratorios de Rubén Darío, y por encima de este oleaje tumultuoso, la figura personalísima del poeta, que iba a ser por muchos años uno de los líricos más altos de América”.
Reconocido por sus inquietudes como luchador político y por su enorme popularidad entre los trabajadores de la pampa salitrera, en el año 1915 fue elegido diputado por la primera región. Al término de su representación parlamentaria viajó a Uruguay y Argentina, donde estrenó algunas de sus piezas teatrales. Como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, en 1924 recibió su primera destinación diplomática como cónsul en Argentina, posteriormente en España, República Dominicana y Haití.
En 1905, publicó Hacia allá, su primer libro de poesía. Este primer volumen inauguró una extensa producción literaria que abarcó todos los géneros. En poesía publicó El derrotero (1908), Romancero naval (1910), y Poemas de ultramar (1936), entre otros. Su labor como novelista quedó reflejada en Golondrina de invierno (1912), con la que obtuvo el primer premio en el certamen convocado por el Consejo Nacional de Bellas Artes y que es una de sus obras más conocidas; también, La pampa trágica (1921), Palomilla brava (1923), por mencionar otras novelas. Su vocación teatral quedó registrada en un buen número de obras de teatro, entre las que se encuentran El pago de una deuda (1908), Nuestras víctimas (1912), Las aguas muertas (1921), y Fuego en la montaña (1938). Una de sus composiciones más afamadas es, sin duda, el poema titulado “La nueva Marsellesa”, que escribió en el año 1903, con motivo de una violenta represión a la Huelga realizada por los trabajadores en Valparaíso.
Recibió el Premio Nacional de Literatura en el año 1954 y el Premio Nacional de Teatro en 1959. En Chile fue asesor literario de la empresa Zig-Zag, fundador de la Sociedad de Autores, miembro del Ateneo de Santiago y de la Academia Chilena de la Lengua. Después de una destacada trayectoria en las letras nacionales, murió en Santiago, el 20 de agosto de 1960.
En: Memoria Chilena
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